8.6.07

Ontología de los trolls, capítulo II

Decía ayer... vale, antes, amantes de la imprecisión, que os contaría por que los trolls son azules.

Para comprenderlo hay que partir de una base: los trolls eructan y se peen constantemente. De hecho gastan una buena parte de su tiempo en expulsar el aire de su cuerpo por sus orificios naturales. ¿Por qué? Es evidente que porque los trolls están llenos de aire.

Al principio, ya sabeis cuándo y si no miradlo en la enciclopedia, los trolls volaban por el cielo. ¡Trlls voladores! A los magos de la costa no les gustó esa capacidad: querían una raza de trolls marinos, y si estaban llenos de aire no habría modo de sumergirlos. Así que los trepanaron a la altura de lo que luego sería la boca y a la de, más o menos, y utilizaron un berbiquí de los gordos para esto, en el culo, creando esos dos agujeros tan útiles. Así los trolls, dejando escapar su aire, descendieron a la tierra.

Lo que una vez allí, fue un desastre. Los trolls se terminaban desinflando del todo a poco que se peyeran o eructaran, hasta quedar hechos guiñapos. Los magos de la costa, que se olían una demanda de los creadores de los trolls, los pusieron a regimen de grasa, carnaza y piensos compuestos y sin componer. ¡Voilá! Los trolls ya no volarían ni se desinflarían por completo.

Así que ahora, si ves a un troll peerse o eructar, y no te está comiendo, no pienses que es un guarro: está honrando a sus orígenes. ¿O es que te haría gracia a ti, pobre humanoide, que te criticaran porque haces tus casas del barro del que saliste?

Esto... lo de por qué son azules, mejor otro día...

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